Si la pena se pudiese diluir en agua
imagina una bañera tristemente llena.
Te explico;
Yo estaría desnuda
y primero
acercaría uno de mis pies a la orilla.
Lo que tiene la pena
es que deja el agua tibia.
No da impresión
no refresca.
Mi bañera llena
y mi pie dentro
desconsolado, húmedo
Más tarde,
con los dos pies tocando fondo
tengo una estabilidad desoladora.
Decido nadar,
a ratos hundirme
a veces no salir de mi escondite
a tomar aire.
¿Y sabes toda esa agua
que rebosa
que se precipita bañera abajo
todo ese líquido sobrante?
Ahora entiendes mis lágrimas
Ahora sabes por qué lloro.