Etiquetas

miércoles, 15 de octubre de 2014

El cuento de la balada heavy


Cómo imaginar,
que junto a un eterno semáforo en rojo
ella bajaría la ventanilla para acomodar su espejo retrovisor,
y encontraría a un peatón entregado e ignoto
que cantaría para ella una inflamable balada heavy
con punteo imaginario de guitarra incluido.

Cómo imaginar su rubor tras las orejas,
los espasmos en la cara interna de los muslos
queriendo encontrarse al final de cada ingle;
su pulso ahogado en el salpicadero
y sus ganas de lluvia torrencial de verano.

El peatón cada vez más entregado y menos ignoto.

Cómo imaginarla a ella,
en ese eterno semáforo en rojo
soñando con una lluvia que lo arrasase todo,
que saqueara las casas de Madrid,
el ganado de Madrid,
el aire sucio de Madrid,
para poder conducir su coche
como quien conduce una excusa
para llevar a ese peatón
sano, seco y salvo
hasta tierra firme.

Y en el trayecto,
¿quién sabe?
pedirle el teléfono
confesarle lo indecible
o a lo mejor,
acobardada y complaciente
subir el volumen de Rock FM.

¿Cómo imaginarla?
Nunca lo sabremos
El eterno rojo
dio paso al más desesperanzador de los verdes
y todo Madrid siguió seco
todo, menos los ojos de ella
que terminaron con las casas y el ganado

escurriéndosele por las mejillas.




lunes, 13 de octubre de 2014

Correlaciones estúpidas



Podría haberme percatado
de que los niños ambidiestros y pelirrojos
 por más que lo disimulan
sienten debilidad por la crema de verduras.

Podría haberme dado cuenta,
de que las personas que pronuncian la palabra mamífero
en día festivo o incluso en la víspera
son gente mezquina, pero bailan swing como si la vida les fuera en ello.

Si las hubiese contado, habría sabido
que cuando un ascensor de siete plazas va repleto
el ascensor contiguo sube y baja tristemente desocupado
hasta en  un total de tres ocasiones distintas.

Todavía no lo sé, pero igual un día descubro
que las ancianas que siempre veranean en Huelva
pero este año van a Cantabria, por cambiar,
tienen un don para la música contemporánea.

Todas ellas, serán correlaciones estúpidas
hasta que pueda confirmarlas
y que conste que estoy a punto.

Pero hay una que acabo de comprobar
sin sesgo posible y con una buena muestra.

Allá donde veo una mujer joven
con abundantes canas en el cabello,
busco sus pies y sin excepción,
quedo absolutamente prendada
de sus zapatos.

Y yo,
satisfecha de mi trabajo de campo
yo, que tan mal gusto tengo
para envolverme los pies con esta ropa con suelas,
He decido dejar de teñir mi pelo.
Por una vez,
será pan comido.

Con un poco de suerte
en unos cuantos veranos
vestiré por primera vez un calzado bonito.
me aventuro a decir que serán
unas preciosas sandalias blancas

a juego con mi pelo.